Es imprescindible hacer un diagnóstico al que llegamos mediante un riguroso examen clínico y valoración radiológica. El diagnóstico permite determinar la cantidad y el tipo de implante dental que se colocará en cada caso.
La colocación de un implante es una mínima intervención que se hace con anestesia local. No dura más de 30 minutos y no requiere más cuidados que lo que supondría una simple extracción de un diente.
Esta fase suele durar entre 3 y 4 meses. La fase de osteointegración es la que hace que el implante quede perfectamente fijado al hueso. Durante todo este tiempo el paciente no tiene ningún tipo de dolor y puede llevar una vida perfectamente normal.
En esta fase se hace una pequeña incisión en la encía que permite conectar el implante dental con el exterior para así poder tomar medidas para la fabricación de la funda, a veces esta fase no suele ser necesaria.
El laboratorio especializado habrá fabricado la funda siguiendo las características del diente original con el fin de lograr un resultado óptimo y estético.
Una vez el implante y la funda están colocados deberán hacerse visitas de seguimiento para comprobar que todo esté bien. Se darán instrucciones de higiene y como mantener el implante dental y la prótesis para que el paciente tenga un buen mantenimiento de estos en casa.